La tonta perversidad de las ideologías los llamó
“chicos”, para victimizarlos, no en función de sus penas, sino por motorizar
planteamientos pseudo políticos de izquierda. La indiferencia de las derechas
liberales les “tiró” unos planes sociales e intentó taparlos para que no desnuden
vergüenzas que no quieren reconocer.
Es cierto que eran chicos, tanto como es cierto que se
volvieron hombres, y de los mejores. Se volvieron capaces de lo que pensábamos
que no era posible más en la Argentina. Siempre recordábamos, en la efemérides
escolar, a los héroes de la Independencia, pero de allí en adelante, parecía
que tal estirpe se había agotado en la Patria. De abril a junio de 1982, toda
la Patria se sacudió con la noticia: ¡tenemos héroes, aún!
Pero el resultado de la Batalla por Malvinas fue una
derrota inesperada y de pronto, todo volvió atrás. Nos invadió de nuevo el
plebeyo espíritu futbolero y como a hinchas fanáticos, inmaduros, la derrota
nos hizo olvidarlo todo, para no tener que asumirlo como adultos responsables.
Y les llamamos “chicos” a ellos, a los héroes, y los ignoramos, ¡qué triste!
Volvían de la guerra, de nuestra guerra, la guerra por nuestra causa, como si
fueran culpables, escondidos por vergüenza los que fueron capaces del heroísmo,
¡qué absurdo!
Han pasado 34 años. Ellos, los veteranos, los caídos
(durante y después), siguen siendo héroes. ¿Y nosotros? ¿Y los chicos de hoy?
Yo creo que sigue habiendo héroes. ¿Qué es un héroe?
Es uno que pudiendo no hacer algo difícil, lo hace por un amor más grande. Es
el que da un poco más que los demás, un poco más de lo que se esperaba. Es el
que, aunque todos sean corruptos, él no. Aunque todos despilfarren su
sexualidad y su capacidad de amor puro, él la conserva y atesora por un amor
más verdadero y duradero. Es un héroe el que estudia, sabiendo que se puede
pasar sin hacerlo. Es un héroe el que ama a su familia y no se avergüenza de
ella cuando está con los demás. Héroe es el que sabe estar con los demás sin
ser del montón. Es héroe el que se esfuerza y trabaja, aunque sea posible vivir
sin hacerlo, sólo porque ama lo más noble.
Hoy en la Patria, conozco muchos jóvenes que, si
hubiera una guerra (¡Dios no lo permita!), estarían listos para dar la vida,
porque son fuertes. ¡Hoy también hay esperanza!. Lo que se vio en Malvinas es
también posible hoy, en esos que son los mejores.